¿Qué extraña circunstancia convierte a Septiembre en un mes tan ambiguo en mi vida?.
Desde hace años mantengo con el noveno del año una relación de amor-odio. Por un lado me encanta Septiembre, el sonido de su nombre, la brisa fresca al atardecer (empieza a agradecerse el llevar puesta una manguita larga), el color que adquiere el agua del mar y, sobretodo, la tranquilidad tras la marcha de Agosto, la calma tras la inquietud del estío...Sin embargo, por otro lado, mi mundo interior comienza a tambalearse, los sobresaltos de mi alma los noto a nivel físico, y la tranquilidad de la que antes hablaba consigo verla a veces, pero en muchas ocasiones no logro sentirla...es entonces cuando mi enfado hacia Septiembre se hace latente , cuando le echo en cara la llegada del otoño, cuando no consigo comprenderle (ni entenderme). Cada año se repite mi mismo ritual al final del verano...¡ya estás aquí!...amado y odiado Septiembre.
Cheshire
4 comentarios:
Buenas noches:
Yo también espero ansiosa la llegada de Septiembre todos los años... siempre que me lo imagino está lleno de expectativas; de esos cambios que anhelo...
En fin. Este Septiembre no está siendo diferente al resto...
Un beso.
Hedda
PD: Algo sí es diferente... y no lo cambiaría por nada.
Buenas noches.
Bueno, bueno... Creo que esto no te lo voy a perdonar... cómo no me has dicho que ya habías abierto el blog????
En fin... qué te voy a decir si hablamos cada día pero, se te olvidó decirme esto, perri.
Vane, me alegro de que algo distinto se encuentre en tu Septiembre.
Nieves, sorry!!!! pensé que te darías cuenta al ver la dirección en mi nick. Un besoteeee.
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