jueves, 3 de septiembre de 2009

Fuera de lugar


Miradas pétreas se posan sobre tus hombros (cansados de una carga invisible que pesa tanto); notas que una pequeña estaca penetra en tu corazón...gélidas gotas hielan tu alma dolorida, que se resiste a perecer como una Atlántida sumergida en el océano de la nada.
A veces no es la oscuridad de la noche la que te hace perder la perspectiva...sientes más miedo a la luz del día, cegada por una claridad que daña tus ojos y te paraliza. No reconoces el entorno cotidiano en el que te mueves. Crees que nada es lo mismo...nadie es el mismo...te sientes vulnerable, como si anduvieses desnuda tras un escaparate del que te cuesta salir. ¿Cómo es posible sentirse tan sola rodeada de tanta gente? No sabes la respuesta. Tal vez la noche (curiosa paradoja) te envíe al presente.


Cheshire

1 comentario:

nattacha dijo...

Si querida, esa sensacion se instala cuando menos te lo esperas...
Por otro lado, hacia varias semanas que no paseaba por el callejón, y tengo que decir que es maravilloso como te brotan esos relatos tan sinceros y tan cercanos.
Gracias por dejarte caer por mi habitacion y dejar tu opinión.
Un Abrazo