Últimamente ando algo nerviosa, sin motivo aparente (o tal vez sí); el caso es que, cuando menos lo esperas, consigues ese momento de relajación que tanto ansiabas sin ni siquiera buscarlo. Esta tarde he conseguido esa dosis que necesitaba cuando menos lo esperaba. El lugar en el que trabajo suele tener a diario algún acontecimiento cultural y la cercanía de mi puesto hace posible que suela ver y oir lo que sucede. Esta tarde se presentaba un libro: "El puente de los alemanes", de José Francisco Guerrero. La presentación por parte del autor venía apoyada por la proyección de distintas imágenes, la lectura de varios fragmentos a cargo de una muchacha y la música de José Antonio Delgado, cantautor malagueño. He tenido ocasión anteriormente de escuchar a este artista y, desde la primera vez que lo vi, su voz me enamoró. Hoy mi momento de relax ha venido de la mano de sus canciones, de la sensibilidad de sus letras, de la dulzura en el timbre de sus cuerdas vocales. Hoy, inesperadamente, me ha devuelto a la tranquilidad, y mientras hacía mi trabajo, sumergida entre clásicos de cine y series de televisión, la sonrisa se ha dibujado en mi rostro, pues las notas que llegaban a mis oídos conseguían que, por un momento, se hubiese detenido el tiempo.
Gracias...
Buenas noches,
Cheshire
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